Finalista del VI Premio de Novela “Javier Tomeo” de la
Universidad Rey Juan Carlos en el año 2011, entre 561 obras presentadas.
Una historia contada a través de los ojos de una adorable
chimpancé, mitad ángel, mitad demonio.
Kat Lieberman es una adolescente chimpancé de laboratorio
que lleva una cómoda existencia en el Centro Nacional de Inteligencia Animal.
Su capacidad de concentración y su dominio del lenguaje la convierten en el más
brillante espécimen no humano que ha conocido el hombre.
Sin embargo, su tutora y protectora es obligada a abandonar
el centro, y Kat descubre que el mundo de los humanos es más complicado de lo
que creía. De repente se queda sola, ya no hay aplausos, ya no hay portadas, y
su destino es ser cortada en pedazos en la mesa de operaciones del sádico
Mandrasian.
Contando únicamente con la ayuda de Beethoven, un enfermo
chimpancé adulto, y un puñado de trucos circenses, Kat se rebela, aunque con
ello tenga que enfrentarse a los más brillantes científicos del mundo.
Si quieres conocer el punto de vista de un personaje muy
diferente a ti, ésta es una buena opción. Si te gustan los viajes, ésta es la
mayor odisea que jamás podrías soñar.
Párrafo del libro:
En cuanto a los chimpancés…, nos parecemos en muchos aspectos aparentemente insignificantes, pero que no podemos pasar por alto. Nos parecemos cuando sonreímos, cuando gesticulamos, cuando sacamos los dientes, cuando nos golpeamos un dedo del pie; cuando carcajeamos, cuando bostezamos, cuando aplaudimos, cuando señalamos, cuando pedimos con la mano, cuando pedimos perdón, cuando nos besamos y abrazamos, cuando marcamos el territorio, cuando levantamos la mano para advertir, cuando nos retorcemos de risa para evitar que nos hagan cosquillas, cuando nos rascan, masajean y acarician; cuando nacemos, cuando morimos y cuando matamos; cuando cogemos a alguien del brazo para llevarle a algún sitio, cuando se nos eriza el pelo, cuando amenazamos, cuando saltamos de alegría y cuando velamos a nuestros muertos. Nos parecemos cuando meditamos y cuando miramos, cuando nos quedamos absortos, cuando competimos, cuando cazamos y cuando copulamos. Actuamos de la misma manera cuando montamos intrigas sociales para escalar en el grupo o conseguir favores, y también cuando rogamos ayuda o compasión. Similares en la combinación de maldad y altruismo, nos identificamos con ellos porque necesitamos que nos emitan señales de sumisión o de pleitesía, la aceptación total, y porque cuando estamos solos nos sentimos tristes. Nos parecemos en que podemos sentir compasión, en que siempre queremos lo mejor, y mucho. Y nos parecemos en el hecho de que si sobra algo, somos capaces de compartirlo.
Puedes encontrarlo en Amazon.es mediante el siguiente
enlace:
No hay comentarios:
Publicar un comentario